Una estadía llena de sutiles sorpresas: esa es la promesa del Santa Catalina Hotel. Su delicada propuesta es expresión de las armonías y contrastes que caracterizan el diseño de este Hotel Boutique. Aquí el viajero hallará una experiencia colmada de sensaciones y podrá vivir esa mezcla de culturas que son manifestación del rico y variado mestizaje de la zona.
Esta novedosa oferta es única en el centro histórico de Cartagena, pues combina en un mismo espacio la arquitectura colonial con el estilo del art déco, sinónimo de elegancia. Además, la atmósfera del Santa Catalina Hotel está impregnada de esa historia vital de encuentros y luchas entre dos mundos, de sus acuerdos y consensos, muchos de los cuales protagonizó la India Catalina.
Conscientes de su responsabilidad con un destino declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, los arquitectos diseñaron una propiedad que combina a la perfección la estética cartagenera del ayer, a través del uso de los materiales tradicionales, con la limpieza de las formas arquitectónicas modernas, que estimulan los sentidos de los visitantes. El resultado es un hotel refrescante y moderno, pero enriquecido con las pinceladas de historia y pasado evocador propio de La Heroica. Santa Catalina Hotel es un espacio conciliador de historias, culturas, razas, negocios, personas, sensaciones experiencias, recuerdos, estéticas, texturas, colores.
OPERADO POR OXOHOTEL
El nuevo proyecto operado por oxoHotel, se consolida como un hito urbano. “Santa Catalina Hotel se erige en pilar de la recuperación de un sector de vital importancia en la historia de la Ciudad Amurallada. Su presencia asegura nueva vida para el Portal de los Dulces y para la Calle del Candilejo, pues el entorno se beneficiará con visitantes de gran categoría. Es una construcción autosostenible y revitalizará el sector con su permanente movimiento. Es el resultado de nuestra filosofía de trabajar por Cartagena, que nos comprometen a darle lo mejor a la ciudad”, aseguró Juan Carlos Galindo de la Vega, CEO de oxoHotel.
Santa Catalina Hotel está ubicado en la Plaza de los Coches, donde se halla la entrada original de Cartagena de Indias (la Boca del Puente con su Torre del Reloj), puerta de ingreso de buques y comerciantes, de esclavos y encomenderos, incluso antes de la construcción de las murallas que la defendían.
La gerencia del Santa Catalina Hotel está a cargo de Rossana Chávez Pérez, una samaria vital y carismática, cuya experiencia en servicios de lujo ha sido la marca de éxito de otros tres hoteles operados por oxoHotel: Sophia Hotel y Casa Cochera del Gobernador en Cartagena, posicionados en tiempo récord, y 84 DC en Bogotá. Su profesionalismo, su sensibilidad y su magia para conquistar a los exigentes huéspedes extranjeros, la convierten en la persona ideal para asumir el reto de abrir este hotel.
“Estamos muy contentos de lograr un nuevo hito en Cartagena con la apertura de este sensacional hotel, que en sus 40 habitaciones ofrece todas las comodidades y atenciones propias de un hotel boutique de lujo. Sin lugar a duda, vamos a cumplir con las expectativas del turista internacional que valora mucho a propiedades de este nivel en destinos icónicos por su historia”, afirmó Rossana Chávez, gerente de Santa Catalina Hotel.
ESCENARIO ARMONIOSO
A pesar de tantos avatares, las fachadas de las dos casas que formaron el Santa Catalina Hotel conservaron su originalidad colonial, junto con una arcada de ladrillo y piedra en el interior. Por eso, la labor del arquitecto Álvaro Barrera, destacado restaurador, se centró en recuperar y destacar esos elementos: la balconada, la carpintería, los vanos y los pináculos, tanto de la fachada que da a la Plaza de los Coches como la que da sobre la Calle del Candilejo.
Con la unión de las dos edificaciones, el área total construida es de 2200 metros, con tres alturas y dos pisos. Alrededor de las arcadas se estableció un patio central para buscar ventilación y luz y para recrear el esquema colonial. Sin embargo, el proyecto es una reinterpretación espacial contemporánea, pues “no se trataba de hacer un falso histórico que imita el estilo antiguo”, señala Álvaro Barrera. Y explica: “Una restauración conserva los elementos de valor y no choca con lo moderno, que no deben sobresalir ni aplastar lo viejo. El resultado es una amalgama entre las dos arquitecturas, un tejido, espacial y volumétrico que se integra a la ciudad”. En armonía con ese pensamiento, se diseñó la arquitectura interior, a cargo de Andrés Correa.
HABITACIONES PARA EL DISFRUTE
En cada una de las 40 habitaciones el huésped hallará una atmósfera sosegada, favorecida por la paleta de colores pastel: el azul, los grises, el suave negro están presentes en todas partes de manera sutil. Incluso en los amenities y en los uniformes de los colaboradores responsables del servicio y comprometidos con la tranquilidad, para que el huésped reponga sus energías para el gozo del día siguiente.
La ciudad vivaz lo espera afuera y leves toques de color son un llamado que se lo recuerda. Los encontrará en los cuadros del pintor austríaco Gustav Klimt, invadidos en dorados y ornamentaciones. Ellos se encargan de la alegría del espacio y de proporcionarle al visitante una sorpresa más, pues el arquitecto Andrés Correa los intervino con animales tropicales. Todas las habitaciones están integradas en una edificación de cuatro pisos con una espaciosa terraza que permite una atractiva vista de la Catedral Santa Catalina de Alejandría.
ROOFTOP LA CATA
El Rooftop La Cata, es un espacio único, ideal para salir de la rutina y disfrutar de la vista del centro histórico y el atardecer cartagenero, pero sobre todo de una experiencia única que se combina con una coctelería de autor y las mejores tapas de la ciudad. Un lugar con una identidad propia que desea aportar a la cultura cartagenera de la zona y convertirlo en un referente de la ciudad amurallada por su vista, su oferta gastronómica inspirada en el “comfort food”, su exquisita coctelería de autor y sus animadas experiencias. El Rooftop LaCata cuenta con una refrescante piscina tipo infinity, enriquecida con un generoso espacio de asoleadoras ideal para relajarse. Allí mismo los huéspedes tienen a su disposición un conveniente 'Pool-Bar' con una gama de bebidas alcohólicas y no alcohólicas que sin duda amenizarán la experiencia de los visitantes.
Por otra parte, ubicado en el primer piso del hotel, la propuesta gastronómica de Gran Inka Gastro Bar, enriquecerá la experiencia del huésped y posicionará al hotel como un epicentro de vivencias inolvidables en torno a los sentidos.
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