Ubicada en el palpitante corazón de México, evoluciona una pequeña empresa dedicada a elaborar productos de higiene personal con aromaterapia, tales como jabones, cremas, champús, enjuagues, geles antisépticos, pastas dentales, entre otros.
La empresa Crisol Amatista, propietaria de la marca Aloha, inició sus operaciones en el año 2000 en Atizapán de Zaragoza en el Estado de México, con la finalidad de proveer al mercado con productos naturales de aromaterapia, reto grande debido a las exigencias del mercado que demanda artículos con apariencia y cualidades sofisticadas en las que destacan la transparencia, colores brillantes, estabilidad, larga vida de anaquel, consistencia y espesor. Estas cualidades no son siempre fáciles de conseguir con materias primas naturales, aunque tampoco son imposibles.
Mientras que algunos productores, generalmente pequeños, se enfocan en ofrecer productos 100% naturales y algunos incluso orgánicos, otros, los más grandes, prefieren caminar por la senda segura de los productos sintéticos e inocuos que ofrecen más fácilmente las propiedades ya mencionadas.
COMBINACIÓN INTELIGENTE
Crisol Amatista busca el camino medio, en donde se combinan de manera inteligente lo mejor de ambos mundos, utilizando tanto como se pueda, productos naturales y reforzando la calidad con aquellos productos sintéticos que son seguros e inofensivos al medio ambiente.
Aunque Crisol Amatista cuenta con una línea de productos de muy buena calidad, su inquietud por la exploración y por encontrar mejores soluciones parece no detenerse nunca, empleando gran cuidado y esmero en el desarrollo de cada uno de ellos.
José Manuel González, fundador y Director General de Crisol Amatista, nos comenta: “La hotelería es una actividad fascinante en donde se busca sorprender y consentir al huésped de muchas maneras. Es también la tarjeta de presentación de un país o una ciudad, te deja ver desde el primer momento mucho de la cultura de su gente, y sobre todo es una gran oportunidad de servir a México como embajadores de su cultura, dando la bienvenida con el calor y hospitalidad que tanto nos caracterizan. Ahora es tiempo de llevar a México al siguiente nivel capacitando e integrando a nuestros colaboradores y empleados en esta gran visión, elevando nuestra autoestima, reconociendo nuestra grandeza y reforzando nuestra identidad con lo mejor de nosotros mismos. México ha avanzado mucho pero aún nos queda bastante camino por recorrer”.
Crisol Amatista quiere ser parte de este cambio y colaborar con la industria de la hospitalidad aportando su talento y dedicación en la forma de amenidades hoteleras de exquisita calidad.