Los trabajos para culminar la primera fase de la nueva manzana académica de la Universidad Central avanzan a buen ritmo. El edificio se pondrá al servicio de la comunidad unicentralista y de los bogotanos durante el segundo semestre de este año.
De esta manera, la UC contribuye a la construcción de un proyecto de país viable, sostenible, plural y democrático, y a conservar el patrimonio histórico de Bogotá, en concordancia con la iniciativa que se propone la revitalización del centro capitalino.
Todo comenzó hace algunos años, cuando se inició el plan para renovar arquitectónicamente los predios que son de la Universidad en el centro de la ciudad. En esta oportunidad se cuenta con el Plan de Regularización y Manejo (PRM), autorizado por la Alcaldía Mayor de Bogotá en diciembre de 2010, y que consta de tres manzanas completas. Estas manzanas se denominan: Académica, enmarcada entre las calles 21 y 22 y las carreras 4 y 5; Cultural, entre las calles 21 y 22 y las carreras 5 y 6; y Tecnológica, entre las calles 20 y 21 y las carreras 4 y 5.
La primera etapa del proyecto comprende el levantamiento de dos torres de 12 pisos y de un espacio denominado “campus vertical”. Estos espacios suman un total de 26.500 m2 de área construida que dispondrá de 73 aulas, 2 auditorios, 12 centros de cómputo, 226 parqueaderos, 6 locales comerciales y 4 mil metros cuadrados para servicios de bienestar universitario, actividades de esparcimiento y eventos culturales. La novedad del “campus vertical” responderá a la necesidad latente del centro de contar con espacios verdes y zonas lúdicas. Esta primera fase contempla una inversión aproximada de $ 83 mil millones en costos directos.
MODELO VANGUARDISTA
La tecnología usada para el nuevo campus de la Universidad Central es eco amigable. El nuevo edificio se construyó siguiendo un modelo de carácter urbano, vanguardista y abierto: esto quiere decir que se ideó y desarrolló como una apuesta contundente y novedosa para realizar un aporte significativo a la revitalización arquitectónica de la zona céntrica, sin ir en detrimento de las condiciones medioambientales de Bogotá.
Por ello, se erigió una infraestructura moderna basada en un campus vertical con ventanería de cristal que, además de articular las dos torres laterales principales, aprovecha al máximo la ventilación natural y el espacio, compensando la ausencia de grandes extensiones de tierra.
Este edificio estará coronado por un solárium ubicado en la torre de cristal, que constituye una innovación en la arquitectura urbana de Bogotá y, además, abrirá un espacio verde, abierto y amplio para el disfrute de la comunidad para la reconstrucción del lazo tácito que existe entre la urbe y la naturaleza.
Dentro de varios años se desarrollará la operación para las manzanas faltantes (la cultural y la tecnológica), de acuerdo con las necesidades que determine el mercado, el crecimiento de la comunidad de la Universidad y lo contemplado en el Plan de Regularización y Manejo (PRM).
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