Un fantástico viaje a la reserva natural más importante de Sudáfrica, en un tren que nunca se mueve ¿es eso posible? La respuesta es: sí.
Efectivamente, un sueño que se ha hecho realidad, concretamente desde el 14 de diciembre del año pasado, cuando abrió sus puertas el Kruger Shalati, un singular hotel boutique de lujo, construido en los vagones de un histórico tren, situado en lo alto del puente Skukuza, sobre el río Sabie, en el corazón del Parque Nacional Kruger.
El tren-hotel se halla en el área del campamento de descanso Skukuza, punto histórico de este parque nacional sudafricano de merecida fama por su enorme extensión (dos millones de hectáreas) y, sobre todo, por la gran diversidad de su vida salvaje.
Desde los vagones convertidos en espléndidas habitaciones, los huéspedes pueden admirar toda la flora y fauna de este histórico parque nacional, así como sus maravillosas vistas de amaneceres y atardeceres, y la diversidad de sus especies animales, incluyendo por supuesto la presencia de los ‘big five’ (león, elefante, búfalo, leopardo y rinoceronte).
La historia que esconde el tren-hotel Kruger Shalati es apasionante. Tiene su origen en la línea férrea de Selati, una de las más caras jamás construida, que se hizo realidad entre 1892 y 1912, en plena fiebre del oro sudafricana. Fue a partir de 1923 cuando se inauguró la llamada Round in Nine, una ruta de 80 kilómetros a través de lo que hoy se conoce como el Parque Nacional Kruger.
El recorrido de aquel tren se hizo inmensamente popular, por la pecularidad de que, desde el atardecer hasta al anochecer, se detenía sobre el puente del río Sabie, permitiendo a sus pasajeros contemplar los animales salvajes que pueblan este rincón privilegiado de África. La experiencia impulsaría solo tres años más tarde (en 1926) la creación del parque nacional.
El tren de pasajeros dejó de funcionar en 1973 y la última locomotora que transitó sus vías fue en 1979. Desde entonces quedó en el olvido, hasta que en 2016 visionarios de la empresa Motsamayi Tourism Group ganaron una licitación para la creación del Kruger Shalati.
Es así como Kruger Shalati recuperó y restauró los 13 vagones originales de aquel tren de la mítica Round in Nine y los fijó sobre el puente, ocupando todo el espacio entre orilla y orilla. Los remodelados vagones albergan 24 habitaciones, con balcones y grandes ventanas del suelo al techo para admirar al máximo la naturaleza exterior.
Las habitaciones son de gran confort, de toque contemporáneo con acento local, y diseñadas para dos personas. El pasillo del tren se eliminó, así que gozan de unas dimensiones más amplias de las que uno se imagina en vagones convencionales.
Y para los huéspedes que prefieran tierra firme o que viajan en familia, existe también la posibilidad de alojarse en la Bridge House, área con siete habitaciones adicionales y vistas al río y al tren sobre el puente. Esta casa de huéspedes incluye también una suite para viajeros en su luna de miel.
Las espectaculares panorámicas sobre el río Sabie permiten contemplar a los habitantes más famosos del parque. Es fácil ver elefantes pasar o manadas de búfalos que se detienen a beber agua, así como leones y leopardos, y el impresionante rinoceronte. Por supuesto, no puede faltar una piscina, instalada en el lounge del tren y que se cuelga literalmente sobre el río.
La estancia en el Kruger Shalati incluye además dos salidas diarias para ir de safari y los traslados desde el aeropuerto de Skukuza. Las habitaciones en el tren cuestan desde unos 414 euros por noche y persona, refiere la página web de este fantástico concepto de hotel boutique en el Parque Kruger.