Era considerado entre los jardines verticales más altos a nivel mundial. Ahora es, oficialmente, el número uno del mundo.
El edificio residencial Santalaia, en Bogotá, capital de Colombia, ha sido reivindicado como el jardín vertical más alto del mundo por la organización Green Roofs, importante grupo impulsor internacional sin fines de lucro de esta ecológica modalidad arquitectónica.
Los arquitectos Carlos Lleras y Luis Guillermo Vallejo, de la empresa colombiana Exacta Proyecto Total, fueron los responsables tanto del diseño como de la construcción del edificio, y los jardines verticales fueron realizados por la compañía también colombiana Groncol, con tecnología de la empresa española Paisajismo Urbano.
“La base tecnológica para el proyecto utilizó el sistema de paredes verdes hidropónicas de Paisajismo Urbano, conocido también como sistema f+p. En conjunto, Groncol tuvo que construir un sistema de riego hidropónico especial que pudiera manejar hasta 42 estaciones de riego diferentes.
“Además, el sistema de riego también se regula según los niveles de humedad y la orientación solar. Groncol construyó el jardín vertical de 3.117 m2 sobre una gran estructura metálica diseñada específicamente para el proyecto”, señala Green Roofs en su portal.
Aunque ha sido recientemente en estos días que Green Roofs ha proclamado a Santalaia como el jardín vertical más alto e impresionante del mundo, algunas publicaciones sugieren que dicho título ya lo tenía virtualmente desde su inauguración en 2016, cuando con sus 3.117 metros cuadrados superó al edificio de apartamentos Clearpoint Residencies, de 1.086 metros cuadrados y que se ubica en Colombo, la capital comercial de Sri Lanka.
En su momento, Groncol explicó que los materiales para la obra, así como la selección de plantas y diseño de estructura fueron escogidos para generar un impacto visual y ambiental. Además, Santalaia se edificó pensando en transformar el denso entorno urbano como un ejemplo de sostenibilidad a gran escala, donde la biodiversidad y el uso de especies endémicas crearan un auténtico paisaje natural dentro de Bogotá.
Y lo lograron. Se trata de una obra arquitectónica digna para que los colombianos se sientan muy orgullosos de ella. “El proyecto fue concebido para mejorar el uso de alternativas ecológicas que pudieran enmendar el impacto de la construcción”, aseguraron los desarrolladores.
El edificio fue inaugurado en 2016, pero su construcción concluyó en diciembre de 2015. El proyecto se llevó un total de ocho meses de planificación y ocho meses de construcción para la elaboración de su impresionante muro verde de nueve pisos sobre el suelo y dos pisos bajo tierra.
Con más de 115 mil plantas distribuidas estratégicamente en su fachada, el jardín vertical de Santalaia es capaz de producir el oxígeno necesario para más de 3 mil personas al año. Incluso, puede procesar poco más de 2 mil toneladas de gases nocivos y más de 500 kilogramos de polvo generador de polución.
Entre las plantas que constituyen su jardín vertical, que además son completamente adaptables al clima colombiano, destacan la vinca verde, la vinca variegada, cheflera, tradescantia verde, espárrago, romero y hebe.