En el año 2007, cuando la firma VFO Arquitectos ganó el concurso de diseño de la Torre KOI, en Monterrey, supo que se trataba de un reto importante ya que un proyecto de estas dimensiones -65 pisos de altura- representa una gran complejidad.
Inicialmente el proyecto, a cargo de la empresa regiomontana Internacional de Inversiones, se iba a desarrollar en un terreno que está a las faldas del cerro de la Loma Larga, sobre la avenida Lázaro Cárdenas, en la capital de Nuevo León. Se trataba de un solo edificio de usos mixtos con comercios, oficinas y viviendas, con una forma muy singular e innovadora.
Pocos meses después los propietarios del proyecto deciden mudar la obra a un terreno más llano y amplio, en una parte más prominente de la zona de Valle Oriente, en el municipio de San Pedro Garza García; además se asociaron con otros inversionistas y se decidió construir un conjunto de cuatro edificios además de la Torre KOI, el complejo VAO.
Los cambios fueron comunicados a los arquitectos Juan Andrés Vergara y Luis Fernández de Ortega, socios de VFO, quienes adaptaron el diseño y asumieron el reto. Torre KOI se integró perfectamente al desarrollo VAO y hoy por hoy es la torre más alta de México, con un total de 279.5 metros sobre nivel de banqueta y estará concluida a fines de este año. Ambos profesionales se sienten orgullosos del trabajo realizado y así lo expusieron a la Revista EQUIPAR.
¿Cuáles fueron los retos más importantes para ustedes como diseñadores en este proyecto?
-Creemos que los retos son varios. Un proyecto de esta envergadura representa complejidades que normalmente no se ven en estructuras más bajas, uno de ellos desde el punto de vista técnico: hay que hacer que la estructura funcione para los usos que tiene y que además sea tan económicamente viable como sea posible. Para lograrlo hay que elaborar una serie de estudios y de diagnósticos que nos ayudan a cruzar las necesidades técnicas de una estructura muy eficiente con los usos del edificio.
La estructura fue un reto muy importante que teníamos que salvar por la viabilidad de la inversión y del edificio en sí y, al mismo tiempo, hacer que funcionara de manera adecuada para los espacios que iba a haber en el interior. Tuvimos que hacer muchos estudios, sobre todo de túnel de viento, asoleamiento y en torno a una serie de condicionantes propias del sitio, que permitieron hacer la estructura muy eficiente y al mismo tiempo ir compaginándola con los usos interiores.
Además, el diseño del núcleo del edificio, por el tema de los usos compartidos, se vuelve muy complicado porque es la espina dorsal del edificio. Como columna vertebral, ahí van a ir todos los nervios, todas las venas y todo lo que hace que el edificio viva; es altamente complejo hacer que todo esto funcione separándolo por usos. Eso también representó un reto bien importante de solución arquitectónica.
AISLAMIENTO TÉRMICO
En lo que respecta a la fachada del rascacielos, de acuerdo a los arquitectos, fue uno de los aspectos que requirió la mayor atención. “A pesar de que es un edificio que por fuera se ve totalmente acristalado, la realidad es que parte de esos cristales son, por decirlo de alguna manera, opacos o sólidos”.
El uso de tales cristales fue necesario para contrarrestar las altas temperaturas de la zona y lograr el aislamiento necesario para bajar el consumo de energía. “Por la cuestión energética del consumo del edificio había que alcanzar un nivel de aislamiento del exterior que se había determinado previamente, y disminuir la carga térmica del edificio. Para ello se diseñaron, junto con la fachada, unos paneles que van en la parte de atrás de algunos de los cristales que tienen aislamiento térmico, de unos 10 centímetros de espesor y esto permite que el edificio tenga una imagen unitaria, y al mismo tiempo conseguir el aislamiento”.
Además, se utilizó un cristal que fue un ensamble de doble acristalamiento con capas metálicas que permite tener coeficientes de sombras de .22, lo que significa casi un 20% de ganancia térmica dentro del edificio con respecto a lo que hay en el exterior, es decir, solamente cerca del 20% del calor ingresa a la torre. De esta manera el consumo energético por el acondicionamiento es significativamente más bajo que si el revestimiento se hubiese hecho con un cristal sin ninguna tecnología.
“Pusimos mucho empeño en eso para lograr el desempeño energético que exige por un lado LEED, pero por otra parte para tener un beneficio económico de largo plazo para los dueños y el desarrollador”, destacaron los arquitectos Juan Andrés Vergara y Luis Fernández de Ortega.
CERTIFICACIÓN LEED PLATA
Torre KOI es un edificio que engloba el pensamiento sustentable que tiene el despacho VFO Arquitectos, puesto que alcanza una eficiencia mayor en la utilización de la energía para lograr el confort interno, que es un reto que la firma persigue en todos los proyectos que desarrolla. En este caso, los diseñadores abordaron todos los aspectos de la certificación LEED, que van desde la selección del terreno, el manejo de las aguas, del medio ambiente interior, la eficiencia energética en el uso de la iluminación, la gran eficiencia energética en el uso del aire acondicionado, entre otros aspectos, considerando el clima caluroso que impera en Monterrey, algunas veces extremo. Todas esas características hicieron que Torre KOI fuera merecedora de la certificación LEED Plata. Es importante destacar que los socios de VFO han sido pioneros en la aplicación de la certificación LEED en México.
“Nosotros hemos sido un despacho vanguardista en las certificaciones LEED. Tenemos el primer edificio certificado con nivel Oro en México y tenemos más de 12 años de ser LEED Accredited Professional. En esta oficina hemos graduado a 20 LEED Accredited Professional, somos especialistas en el tema, en hacer los proyectos con estas características”. Cabe destacar que VFO es una firma de diseño arquitectónico de clase mundial con más de 15 años de experiencia en el mercado mexicano. Anteriormente conocida como HOK México, ahora con operación independiente, la práctica profesional de esta firma se fundamenta en tres aspectos que considera únicos e indisolubles: Diseño, Tecnología y Sostenibilidad.