Fachadas bioclimáticas

Las fachadas bioclimáticas representan tan solo un aspecto a considerar dentro de lo que se conoce como “arquitectura bioclimática” y que incide directamente en los sistemas de acondicionamiento tradicionales. Según cifras del World Green Building Council (WGBC), en la actualidad más del 50 por ciento de las organizaciones manejan sus operaciones de manera amigable con el medio ambiente, haciendo que estos esfuerzos dejen de ser una moda o tendencia para convertirse en una forma de entender nuestra interacción con el planeta.
La Arquitectura Bioclimática consiste en el diseño de edificios, considerando las condiciones climáticas para aprovechar los recursos disponibles. Se trata de una adaptación doble, es decir, de la misma forma que una construcción bioclimática busca adaptarse al clima del lugar, sus habitantes deben poseer también un comportamiento adaptativo, esto implica una modificación en la conducta de los individuos.
Entre sus beneficios están: el aislamiento acústico de hasta 20 por ciento; múltiples y novedosas posibilidades estéticas; reducción del consumo energético hasta un 30 por ciento y máximo aprovechamiento de los medios naturales. 
La fachada bioclimática cambia a lo largo del año adaptándose al clima. En invierno, la misma permanece cerrada, absorbiendo la radiación solar, que permite calentar pasivamente el interior del edificio, con la intervención mínima de sistemas electromecánicos. En verano, la fachada se abre y crea una circulación de aire alrededor del edificio que ventila de manera natural los espacios interiores.

FACHADAS INTELIGENTES
Hoy es posible hablar de tendencias en fachadas, tales como la composición de arquitectura invisible, cubiertas reflectantes para edificios, sustentabilidad, luminiscencia, materiales novedosos y ecológicos, fachadas verdes naturales o sintéticas, además de las fachadas interactivas e inteligentes, que están cada vez más en boga en diversos proyectos alrededor del mundo. Como tendencia y necesidad, la fachada inteligente es una solución enfocada a obtener condiciones interiores óptimas, inclusive mediante la medición bioclimática, reduciendo los consumos energéticos por la necesidad de aire acondicionado o calefacción. Además, existen algunas vertientes que en un principio eran más tradicionales, pero que se han desarrollado mucho, como la fachada ventilada, que por un lado protege al edificio de las inclemencias climatológicas y por otro, lo aísla mediante inercia térmica.
Según Hunter Douglas, la fachada ventilada es una piel externa al edificio, cuya función es mejorar el confort interior, reduciendo costos energéticos, tanto de climatización como de calefacción. También asegura la estabilidad térmica del interior, trabajando como masa térmica que en verano retarda el traspaso del calor al interior y lo retiene en los meses de invierno. La física de la fachada bioclimática basa su funcionamiento en el principio del efecto chimenea.
Hunter Douglas refiere que la incidencia de radiación solar en la delgada envolvente, produce un calentamiento del material que, por conducción, llega a la superficie interior del mismo. Es entonces cuando el aire de la cámara comienza a elevar su temperatura por medio de mecanismos convectivos de transmisión de energía. A medida que la cámara de aire sigue aumentando su temperatura, la diferencia de presión aumenta, el aire comienza a elevarse al interior de la cámara ejerciendo en su parte baja una succión de aire fresco exterior, al mismo tiempo que en la parte superior, se evacua el aire del interior. La convección de aire se convierte en el motor de la fachada ventilada y la ventilación, en el medio de evacuación de humedad. La velocidad del flujo de aire es de suma importancia, ya que definirá la cantidad de renovaciones, que se efectuarán en la cámara de aire.
Por otra parte, la fachada ventilada puede usarse en climas cálidos, donde cumple una función de pantalla protectora solar y la ventilación actúa como regulador térmico, enfriando la piel interior e impidiendo que el calor exterior entre al interior del edificio. En climas fríos, la fachada actúa como un aislante térmico y como un acumulador de calor, que puede contribuir a la calefacción interior.
También, están las fachadas combinadas con vidrio, como los muros cortina, cuya tendencia es incluir el control de la entrada de rayos solares por el cristal, mediante sistemas mecánicos o electrónicos compuestos por láminas. Estas láminas, se abren o se cierran, según las necesidades de luz requeridas. 
Existen, también, vidrios que se vuelven más opacos o más claros, según la incidencia solar. El IAAC (Institute for Advanced Architecture of Catalonia), ha desarrollado una serie de materiales y sistemas avanzados de climatización y ventilación pasiva, que permiten reducir hasta 5 grados la temperatura interior de una vivienda y en más de un 25 por ciento, el uso de aires acondicionados. Cuanto más cálido sea el clima, se reduce más la temperatura y se ahorra más energía en espacios interiores. La superficie de la fachada es cubierta y los rayos del sol no entran, pero cuando éste se oculta, los componentes se cierran para que la fachada sea transparente. Se trata de una especie de membrana, que se adapta a las condiciones del clima.

FACHADA INTERACTIVA
Representan una tendencia, que se sigue viendo de varias maneras y en diversos contextos, desde monumentos y edificaciones históricas, hasta los edificios más modernos y lujosos, que se apoyan en el arte lumínico para asombrar al espectador. Estas fachadas, se caracterizan por el uso de múltiples colores y figuras interactivas.
Un ejemplo de esto, es Plaza Central, uno de los centros comerciales más modernos en la ciudad de Bogotá. Esta fachada mediática tiene un área de 1.591 m2 (en área es la matriz arquitectónica de Led más grande de Latinoamérica) y está compuesta por luminarias tipo Led con capacidad para generar 16.5 millones de colores. Su concepto encaja con el contexto cultural y urbano, al contar con efectos de iluminación sutil y minimalista, por medio de los pixeles de colores dinámicos, que generan movimiento. La fachada complementa la vivacidad y la dinámica de la ciudad, convirtiendo a este centro comercial en un espectáculo interactivo.
Las fachadas de mimetismo natural proyecta una imitación del entorno. Incluso hay desarrolladores que han logrado plantear un sistema de fachadas Led por medio de cámaras que envían imágenes. Estas imágenes se reflejan en la superficie del edificio en tiempo real. Un caso de mimetismo, aunque provisional, fue propuesto hace algunos años por un equipo de expertos para el famoso rascacielos Burj Khalifa de Dubai. Estos especialistas, planteaban cubrir los 828 metros de altura de este edificio con una colosal tela reflectante a la que nombraron Exo-Burj. De esta forma, reflejaría las escenas de su entorno.

VIDRIO DE CONTROL SOLAR
El vidrio de control solar se puede utilizar para mantener los interiores más cómodos, al evitar la acumulación excesiva de calor durante el verano, que reduce la necesidad de un costoso aire acondicionado. 
En uno de sus lados, tiene una capa de espesor microscópico, que refleja el calor del sol hacia el exterior. Esto, ayuda a evitar el sobrecalentamiento en grandes áreas de vidrio y también, puede reducir el deslumbramiento incómodo de la luz solar directa. Otra ventaja es que permite una gran superficie acristalada y sin acumulación excesiva de calor en verano, muy útil en los techos de vidrio o las zonas acristaladas. 
Recientemente, investigadores del Instituto Fraunhofer para Maquinaria, Herramientas y Tecnologías de Formación IWU en Dresden, Alemania, en conjunto con el Departamento de Diseño de Superficies Textiles de la Escuela de Arte Weissensee en Berlín, desarrollaron componentes para fachadas de cristal, mediante una celosía de tela térmica, que responde de manera autónoma a la luz solar y a su energía térmica, como un recubrimiento inteligente para los edificios.
Las tendencias en arquitectura hacia espacios que requieran aprovechar más la luz natural, han influido en que la superficie de vidrio en fachadas y ventanas sea cada vez mayor.  Por este motivo, los vidrios de control solar han tenido un papel clave. El vidrio de control solar también se puede combinar con la instalación de complementos de protección solar y visual más tradicionales, que reducen la radiación directa del sol: persianas, mallorquinas, celosías o screen cortinas.
La arquitectura bioclimática es una gran apuesta. No hay manera de perder. El hombre impulsa su imaginación y creatividad a nuevos niveles para aprovechar al máximo las bondades de la madre naturaleza, para compartir y no destruir espacios comunes, que permitan convivir y garanticen supervivencia en el planeta.

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