Las fronteras se reabrieron en toda Europa, después de tres meses de cierres por el coronavirus, que comenzaron de forma caótica el pasado marzo. No obstante, persisten muchas restricciones, no está claro qué tan interesados estarán los europeos en viajar este verano boreal y el continente aún mantiene sus fronteras cerradas a estadounidenses, asiáticos y otros turistas internacionales.
Los controles fronterizos para la mayoría de los europeos finalizaron en Alemania, Francia y otros lugares, casi dos semanas después de que Italia, uno de los países más golpeados por la pandemia, abriera sus fronteras. Se cree que las 27 naciones de la Unión Europea (UE), así como aquellas en el espacio de viajes sin pasaporte Schengen (que también incluye algunas naciones no pertenecientes a la UE, como Suiza) recién comenzarían a abrirse a visitantes de otros continentes a inicios del próximo mes, como mínimo.
Al anunciar la reapertura de las fronteras y los restaurantes de París, el lunes, el presidente francés, Emmanuel Macron, remarcó que es hora de “dar vuelta a la página del primer acto de la crisis” y “redescubrir nuestro gusto por la libertad”. Sin embargo, advirtió: “Esto no significa que el virus haya desaparecido y que podamos bajar totalmente la guardia... El verano de 2020 será distinto a todos los otros”.
Esa precaución es generalizada después de más de 182.000 muertes relacionadas con el patógeno en Europa. La región ha tenido más de dos millones de las 7.9 millones de infecciones confirmadas en el mundo, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. “Tenemos la pandemia bajo control, [pero] la reapertura de nuestras fronteras es un momento crítico”, expuso el primer ministro español, Pedro Sánchez, cuando anunció que su país adelantaría 10 días su apertura a los viajeros europeos.
Sin embargo, la necesidad de volver a poner en marcha la industria del turismo en Europa también es urgente para naciones como España y Grecia, a medida que se multiplican las consecuencias económicas de la crisis. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, reconoció que “mucho dependerá de si las personas se sienten cómodas para viajar, y si podemos proyectar a Grecia como un destino seguro”.
Grecia dio la bienvenida a los primeros vuelos internacionales cuyos pasajeros no se sometieron a pruebas obligatorias de coronavirus, en Atenas y Salónica. Los vuelos internacionales directos a los aeropuertos regionales griegos, incluidos los de sus islas, se reanudaron el 1º de julio. Los visitantes estarán sujetos a exámenes aleatorios de coronavirus.
En una prueba, España permitió que miles de alemanes volaran a sus Islas Baleares sin exigir la cuarentena de 14 días para el grupo. La idea es probar cuáles son las mejores prácticas en la era del coronavirus. “Este programa piloto nos ayudará a aprender mucho sobre lo que nos espera en los próximos meses”, señaló Sánchez. “Queremos que nuestro país, que ya es conocido como un destino turístico de primera clase, sea reconocido también como un destino seguro”.
Fuente: Latimes.com