Aeropuerto de Santa Lucía

En octubre de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio por iniciados los trabajos de construcción del Aeropuerto Internacional “General Felipe Ángeles”, obra que según sus estimaciones se entregará en marzo de 2022, destacando también que, con la cancelación del aeropuerto en Texcoco “generará 120 mil millones de pesos de ahorro”. Sin embargo, representantes de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés) como la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), han manifestado su desacuerdo con la decisión del gobierno federal.
Defendiendo su decisión, el mandatario señaló que Santa Lucía no perderá la base aérea militar, sino que se agregarán dos pistas para aviación civil que estarán terminadas en dos años y medio. Además, indicó que al proyecto se suma la reactivación del Aeropuerto Internacional de Toluca y la rehabilitación del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez (AICM). López Obrador, reconoció el trabajo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, por la conducción del proyecto, afirmando que su gobierno “dispone de presupuesto, capacidad de ejecución y capacidad operativa para terminar en tiempo y forma”. Por su parte el comandante del Agrupamiento de Ingenieros Santa Lucía a cargo del proyecto, Gustavo Vallejo, detalló que Sedena será administradora y ejecutora directa de una obra de ingeniería militar inédita, que costará aproximadamente 75 mil millones de pesos, señalando que el diseño y la planeación se apegan a lo estipulado por la Organización de Aviación Civil Internacional y las leyes aeronáuticas. “La obra dispondrá de una terminal aérea icónica, racional y sencilla, construida a base de un sistema modular con amplios espacios que faciliten el flujo de pasajeros en su interior, y una gran y diversa zona comercial, en su conjunto operada por sistemas sustentables, promoviendo el uso de luz y ventilación natural que se traduce en manejo eficiente de la energía”, dijo.

AVANCE DE OBRA
Según el proyecto, el nuevo aeropuerto de Santa Lucía brindará servicio a 20 millones de pasajeros anuales en la etapa inicial y a 85 millones en la etapa final y participan más de 450 ingenieros militares que avanzan en el trazo de la pista central. A esta se sumará otra nueva pista que será de uso civil, además de la pista de uso militar que ya existe y se adecuará. 
Las tres, permitirán aterrizajes y despegues simultáneos de vuelos nacionales e internacionales. De acuerdo con un informe de Milenio, en Santa Lucía se obtendrán 10 millones de metros cúbicos de arena, grava y arcilla del mismo terreno, para construir plataformas, pistas y calles de rodaje. Los trabajos serán simultáneos en 17 puntos de la propiedad e incluyen la reubicación de instalaciones militares, la construcción de un edificio terminal, hangares de mantenimiento, estacionamiento con 5 mil 500 cajones y una ciudad aeroportuaria donde se desarrollarán corporativos de aerolíneas, hoteles, plaza comercial, bancos y centro de convenciones. Las obras serán supervisadas por personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que estará atento por si se encuentran vestigios arqueológicos o se dañara patrimonio nacional. Recorfemos que las instalaciones militares del cuartel general, por ejemplo, se albergan en la antigua hacienda de Santa Lucía, inmueble jesuita que data de 1576. Cabe decir que el gobierno federal aún tiene varios asuntos pendientes, como adquirir terrenos aledaños que sumarán 1,400 hectáreas y serán destinados a infraestructura y movilidad, para conectar la base militar con el Circuito Exterior Mexiquense.

DIFÍCIL COEXISTENCIA
Entrevistado por EQUIPAR, Miguel Ángel Solórzano, gerente de relaciones con la industria en Flying Business Aviation, explicó que tanto IATA, como ALTA han manifestado su desacuerdo con la decisión del gobierno federal de tener un sistema aeroportuario metropolitano conformado por tres aeropuertos diferentes.
Explicó que el modelo debe estudiarse junto con las aerolíneas para desarrollar el esquema de espacio aéreo que va a establecerse y que puedan coexistir los tres aeropuertos al mismo tiempo. “En el caso de Toluca, los últimos dos meses y los primeros tres meses de cada año, afecta mucho el tema de la niebla que no permite que se efectúen las operaciones como están, por itinerario. Eso ha llevado a que únicamente estén hoy en día dos operadores nacionales en el aeropuerto, que son Volaris y Viva Aerobús. Ese aeropuerto tiene capacidad de cerca de 8 millones de pasajeros al año, pero actualmente no pueden mover ni siquiera un millón de pasajeros anuales, precisamente porque las aerolíneas nacionales e internacionales no están operando en Toluca. No solamente por el tema de operación sino de conectividad, no hay manera de hacer la conexión”. 
Agregó que “la conectividad era algo que se pretendía en Texcoco, crear un gran hub que tuviera muchas conexiones aún para aquellas aerolíneas que vinieran de Centro y Sudamérica y cuyo mercado principal no fuera llegar a México sino continuar, solo tocando el aeropuerto de Texcoco como escala técnica. Eso muy difícilmente lo va a proporcionar Santa Lucía, porque estará muy reducido en el número de operaciones y en su capacidad para mover pasajeros, por lo menos en sus primeros cinco años”, explicó el experto.

PLAN MAESTRO
Miguel Ángel Solórzano recordó que recientemente, el secretario de Comunicaciones y Transportes presentó a las principales aerolíneas del país el Plan Maestro de Desarrollo que por ley de aeropuertos deben de entregar los concesionarios de una Terminal Aérea. “Lo presentó, pero nuevamente no fue de la total convicción por parte de las aerolíneas, al no significar una opción totalmente segura y funcional para la operación”. 
El entrevistado hizo hincapié en que el gobierno está apoyando a la empresa NAT Blue, que en conjunto con Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), están definiendo el nuevo esquema para el espacio aéreo de los tres aeropuertos. “No hay mucho avance y eso lleva a que no estén convencidas las aerolíneas miembros de IATA y de ALTA, de que Santa Lucía, Toluca y el AICM, les representen una operación válida en temas de seguridad y comerciales”, dijo por último el también expresidente del comité de taxis aéreos de la Canaero.

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